Un edificio con historia, recuperado ahora para el patrimonio cultural y para el turismo
• SOBRE LA BASE DE TESTIMONIOS FIDEDIGNOS, SE ESTIMA QUE SE HABRIA CONSTRUIDO EN LA DECADA DE 1860.
• EL ABUELO DE DON MIGUEL MARCHINI INSTALO ALLI UNA FABRICA DE JABONES Y VELAS, PERO LA CASONA YA ESTABA.
• LUEGO SU PADRE CAMBIO EL RUBRO POR UN HORNO LADRILLERO.
• MAS ADELANTE, CON SU MUJER, SE DEDICARON A LA CHACRA Y PRODUCCION DE VERDURAS FRESCAS.
• AL CERRAR EL EDIFICIO, LO ATARON A CONCIENCIA, PARA MANTENERLO.
• Y AHORA FRANCO CABRERA Y LUIS GONZALEZ LO RECUPERARON PARA EL RUBRO GASTRONOMICO.
(vinculo a la Nota de Nestor Di Paola en el suplemento "La Vidriera" del diario tandilense El Eco)
Martes 18 de Septiembre de 2007
FRANCO CABRERA“Nos pareció fundamental respetar la historia” Franco Cabrera y Luis González tienen a su cargo la parrilla La Pulpería, en la antigua casona que se presume tiene casi un siglo y medio de existencia. Con inusual preocupación por el patrimonio arquitectónico de la ciudad, recicló de manera incomparable aquel viejo rancho. Vale recordar que cuando la gente pasaba por la antigua “curva de Marchini”, rumbo a El Centinela, más de uno pronosticaba: “Este lugar tiene poca vida, qué lástima”. Franco y su gente se encargaron de demostrar que nada estaba más alejado de la realidad. Tal vez alguien haya pensado que sería bueno reciclarlo para algún emprendimiento relacionado con el turismo. Así es como Cabrera y González aportaron un producto cultural más para el patrimonio lugareño. “Felizmente -explica Franco- es muy poco lo que tuvimos que tocar obligadamente, de la antigua construcción. Respetamos la historia porque nos pareció algo fundamental. Hay cosas que son originales y nos parece increíble que se conserven tan bien, después de transcurrido tanto tiempo, bastante más de un siglo. Por ejemplo los tirantes de madera son todos de aquella época, al igual que las ventanas, los postigones de pinotea”. -¿Los techos? -Había algunas chapas para cambiar, pero Miguel tenía un reservorio de chapas viejas en buen estado y lo arreglamos con eso, así que ni siquiera ahí perdió originalidad. La verdad que sin la mano de ellos, los propietarios, con todo el apoyo, el asesoramiento, herramientas que nos prestaron y demás, no hubiéramos podido abrir el local en estas condiciones inmejorables.
EL PATRIMONIO QUE SE VALORA
-¿Qué dice la gente? -La clientela aumenta día tras día, se está trabajando muy bien, no solamente con el turista sino básicamente con gente de Tandil. Y todos valoran el hecho de que hayamos respetado la originalidad del lugar. -¿Por qué La Pulpería? -En función del lugar y del servicio que pretendíamos brindar, nos surgió enseguida ese nombre, inspirados en el modelo de la construcción de esa casona y también en la ubicación, porque si bien está cerca y muy a mano del centro, es al mismo tiempo una esquina enclavada en pleno campo. Por eso tenemos las antiguas rejas, que las reformamos para instalarlas. También tenemos antigüedades que nos proveyó un coleccionista aficionado, Aldo Posse, que vive en Tandil pero es también del pago de Chaves. -Hemos visto antiguas radios, por ejemplo. -Sí, pero hay algunas herramientas de campo, como un viejo fumigador, marcas, pecheras, una batidora manual para fabricar crema de leche, un señalador para el ganado. Botellas de ginebra hechas en barro. Hay láminas que le compramos a Montefusco, trabajos clásicos de Molina Campo y otros recuerdos.
AHORA, LA MOVEDIZA
-Ustedes, con Luis González, se adjudicaron recientemente la licitación para la confitería de La Movediza. ¿Cómo definiría esa apuesta? -Hay que partir de la base de que se trata del símbolo principal de la ciudad. Decir La Movediza es decir Tandil. Ese es, tal vez, el principal dato para tener fe en el intento. -¿En qué etapa se encuentran? -Estamos en este momento en tareas de refacción, que implica adecuar las mismas a las demandas que creemos vamos a tener. En general el trabajo que ha hecho el Municipio está muy bien, muy prolijo, pero nuestra intención es otorgar más capacidad. Por eso estamos refaccionando un salón contiguo al que ya está terminado, que permitirá albergar a 70 personas más, sumadas al actual de un tamaño similar. Eso, sin contar la gente que vamos a poder albergar en el patio, ahora que comienza la buena época para ello en cuanto a clima respecta. La idea es que la gente se sienta bien. También proyectamos realizar una apertura en lo cultural, con algún espectáculo como lo hacemos en otros negocios nuestros como el Bar Antonino y La Pulpería.
PERFIL
Franco Cabrera tiene 34 años y nació en Adolfo Gonzales Chaves. Ya a los 10 años venía a Tandil a jugar al fútbol en los torneos provinciales. “Me quedaba en casas de familia -relata-, como se acostumbra en estos casos. Después empecé a venir de vacaciones y el otro chico iba a Chaves. Yo en Tandil lo pasaba bien pero él allá no encontraba atractivos como hay acá. Sin embargo, no se notaba demasiado porque nos pasábamos el día jugando al fútbol…”. Franco cursó hasta tercer año en la Facultad de Ciencias Económicas, pero luego abandonó cuando empezó a trabajar. Primero lo hizo en Yamó, de barman. Estuvo más adelante en Woody, en La Uni, restaurant del Club Hípico. Ese perfil en el rubro gastronómico lo ha llevado ahora a estos desafíos que se mezclan mucho con el comercio y el turismo lugareño y regional.
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